Las paredes de la casa cada vez se venían un poco más abajo y ella no sabía donde meterse. En un arrebato coge sus cosas y sale a la calle a caminar, sin una ruta definida, sin un destino. Su corazón está lleno de nubes y necesita aire fresco para poder pensar con claridad.

Que rumbo tan diferente ha seguido este barco, que cuando hace tiempo se subió tenia un destino claro que fue cambiando día a día, pero hoy ese barco no tiene destino y es lo que más asusta no saber.