Ella le esperaba como siempre en la mesa número 6, con el periódico del día, su capuchino con virutas de chocolate sobre la mesa; un capuchino al que no había prestado atencióny ya estaba frío.
En el periódico una noticia acaparaba toda su atención, tanta que no se dio cuenta del momento en el que la persona a la que estaba esperando había llegado y se había sentado justo enfrente y a observaba con su café negro entre las manos, ese polo informal, esperando en silencio que ella levantara la vista de tanta letra y se diera cuenta de lo que en realidad sucedía...
El tiempo corre y no esperará por nadie.
Sean buenos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario